domingo, 25 de septiembre de 2011

my sweet obsession 27

—Espera un segundo Amanda —le dije a la rubia y tomé el brazo de ______ para jalarla hacia mí y chocar su boca contra la mía.
Mis ojos estaban abiertos, al igual que los de ella, pero al iniciar un movimiento sobre sus labios mis ojos se cerraron, otra vez. ¿Por qué? No lo se.
Ella no hacia nada, ni siquiera movía los labios. Hasta que casi la obligué a hacerlo, cuando con cuidado mordí su labio inferior. Entonces sentí esa deseada respuesta. Sonreí sobre su boca, para luego volver a ser serio en aquel beso. Subí mi mano que estaba en su brazo a su nuca, para acercarla un poco más. Ella apoyó sus dos manos sobre mi pecho, era como si intentara alejarse, pero algo en ella se lo impedía. Rocé la punta de mi lengua con la de ella. Obteniendo más sabor de su dulce boca. Finalicé volviendo a morder levemente su labio, para luego alejarme despacio. Abrí mis ojos para mirarla.
Sus ojos se abrieron despacio e intentó hablar, pero las palabras no salieron de su boca. Giré para mirar a Amanda. La rubia estaba tan roja como un tomate, y parecía que su quijada iba a tocar el suelo.
—Yo… —dijo ______.
—Amanda, si eres tan amable ¿podrías dejar de irritar a mi Anne? La pones de mal humor y eso me pone de mal humor a mí. Porque después me cuesta un poco más llegar a la habitación, ¿me entiendes?
Hizo un sonido indignado y salió rápidamente de allí. ______ se giró a verme.
—¿Por qué hiciste eso? —me preguntó algo agitada. La miré y sonreí levemente.
—Ya te la he sacado de encima, cariño —dije.
Pestañeó varias veces de forma nerviosa y sacó su mirada de mí.
—No era lo que estaba pensando, pero al parecer funcionó… por ahora —dijo ella. Con decisión fijo su mirada en la mía —Que sea la última vez Bieber.
—De ninguna manera, cuando te moleste avísame Anne. Yo vendré a besarte las veces que sea necesario —le dije.
—Eres tan infantil —me acusó y salió de allí chocando un poco con Zac y Rich —Lo siento.
Los chicos miraron como se fue, y luego volvieron su vista a mí.
—¿Desde cuando están ahí? —les pregunté.
—Desde que colocaste tu mano en su nuca para acercarla más a ti —contestó Rich.
—Bien, estas bien Justin —dijo Zac mientras ambos se acercaban a mí.
Los miré consecutivamente.
—La… la tengo comiendo de la palma de mi mano. Pronto la tendré en la cama, pero por ahora me conformo manejándola de este modo —dije algo nervioso.
Ambos sonrieron cómplices.
—Creo que a nuestro pequeño saltamontes le esta costando un poco aceptar que ______ le gusta mas de lo que él cree —dijo Rich.
—Estas en lo correcto mi querido Heaty, me parece que no lo esta queriendo ver —agregó Zac.
—Vamos muchachos, ¿Acaso no me conocen? —les dije mientras comenzaba a caminar para salir del salón. Ellos caminaron detrás de mí —Yo solo la quiero para una noche, y punto.
—Creo que tendríamos que grabarte la próxima vez que la beses. Tú nunca besaste así a ninguna, te lo puedo asegurar —me dijo el afro.
Lo miré un poco asustado. Él solo estaba jugando conmigo, yo siempre beso a todas de la misma manera. Aunque, debo admitir que mis ojos se cierran cuando la beso…
—Puras patrañas —aseguré un tanto nervioso —Tal vez sea porque ella si sabe besar.
—O porque realmente te gusta besarla —dijo Zachary.
—Ya cállense, y dejen de decir tonterías —les dije firme.
Ambos rieron y entramos en la cafetería del lugar. Divisé a _______ sentada con la chica de los anteojitos.
—Miren, se hizo amiga de la chica de los libros —dijo Zachary.
—Diablos —musitó Richard.
—¿Qué sucede? —le preguntó Zac. Sonreí, era hora de vengarme.
—¿No te ha dicho? —le dije a Zac. Rich me miró asesinamente —Le gusta la genio.
—¿Qué? —dijo Wilson con una sonrisa de diversión en el rostro.
—¡Que no me gusta! —gritó él.
—Te encanta Heaty, admítelo.
—No hasta que admitas que ______ te trae loquito —me dijo.
Lo miré fijo por unos cuantos segundos. Le estaba por decir algo, pero mi celular comenzó a sonar.
—Aguarden, señoritas —les dije y me alejé. Miré la pantalla y era mi padre —Jeremy.
—Justin, siento no haberte llamado antes, pero no tuve tiempo —me dijo.
—¿Qué sucede? —le pregunté.
—Tú prima, está yendo hacia la Universidad.
—¿Qué? —pregunté sin poder creerlo —¿Por qué Taylor viene aquí?
—Ideas locas de tu tía Annie —dijo algo exasperado.
—Pero… pero… ¿Acaso no había otra Universidad para que fuera?
—No lo se, solo controla que no haga líos. Ya sabes como es…
—Si, si lo se —dije y suspiré —Es una diminuta bomba de tiempo.
—Contrólala Justin, no quiero problemas por ella…
—Tranquilo, la mantendré vigilada —le aseguré y colgué.
Volví a donde estaban mis amigos. Ambos miraron mi cara de exasperación.
—¿Qué pasó? —me preguntó Zachary.
—Una pesadilla viene hacia aquí, tengan cuidado. Miren a su alrededor, ella es la creación de
dios y el diablo. Más del diablo diría yo…
—¿De que estás hablando Justin? —dijo extrañado el afro.
—¡Tontin! —escuché su voz detrás de mí y me paralicé.
—De ella —les dije a mis amigos y me giré a verla.

martes, 20 de septiembre de 2011

my sweet obsession 26

La profesora entró a la clase. Me acomodé mejor en la silla y volví mi vista a Richard. Él seguía con el semblante serio. Algo le molesta, y mucho.
—¿Vas a decirme que te pasa? —le dije por lo bajo. Me miró de costado.
—Hay alguien que me perturba —contestó. Fruncí el ceño y lo miré mejor.
—¿Acaso es la chica de anteojitos? —le pregunté y sin darme cuenta elevé más mi voz de lo que debía. Toda la clase se giró a verme.
—¿Sucede algo Bieber? —me preguntó la profesora.
—No, nada. Lo siento —me disculpé.
Creo que yo estaba más asombrado que el resto de la clase, al escucharme a mi mismo disculpándome por algo que hice.
—¿Estás enfermo o que? —dijo por lo bajo Richard. Sonreí divertido.
—No me cambies de tema, ¿es la tal Emma?
Suspiró levemente y volvió a mirar al frente.
—Si —dijo sin quitar su vista de la profesora.
—¿Qué pasó con ella?
—Es una… una ñoña —dijo nervioso, pero sin levantar la voz —Y tuvo el tupé de decirme que soy un neandertal con peinado de disco.
Estallé en risas. Otra vez la clase entera se giró a verme, incluso ______ y Zachary. La profesora frunció el ceño.
—¿Se puede saber que es tan gracioso? —me preguntó.
—Lo siento, de verdad lo siento —dije mientras calmaba mi risa —No volverá a pasar…
La profesora revoleó los ojos y volvió a escribir.
—¿Y por eso estás así? —le dije mientras restregaba mis ojos a causa de la risa.
—No solo me dijo eso. Sino también que era un pobre idiota que buscaba consuelo en todas las chicas con las que me acostaba, pero que no lograba llenar el vació de mi vida con ninguna de ellas…
—Uuuh, eso dolió, ¿verdad? —pregunté. Él no dijo nada —¿Pero porque te dijo todo eso?
—Porque intenté seducirla ayer en la tarde en la biblioteca de aquí —me dijo.
—¿Estuviste aquí ayer? —dije asombrado. Jamás pensé que Richard podría estar un domingo en la Universidad.
—Necesitaba buscar un libro, y vine, la vi sentada leyendo y me acerqué a ella… Maldita sea la hora en que lo hice.
—¿Te gusta? —dije al observar su total indignación hacia ella.
Se giró a verme rápidamente.
—Claro que no… Ella no es mi tipo de mujer, además de que no la tocaría ni con un palo. Es la última mujer con la que me metería en mi vida.
—Te gusta —afirmé.
Él no me dijo nada. Sonreí y volví mi vista al frente. El primer caído ante los encantos de una genio. ¿Quién será el segundo? Estoy completamente seguro de que será Zachary, y quedaré solo en mi lucha por el machismo…
Fijé mi vista en ______, con cuidado se giró a verme. Tomé mi celular y escribí debajo de la mesa. Observé como ella buscaba su celular. Lo abrió.
'Me estabas mirando, te caché cariño.'
Vi como ella escribía. Luego de unos segundos mi celular vibró.
'Creo que el que me estaba mirando eras tú, yo solo giré porque me sentía observada'
Le respondí.
'¿Ahora tienes un sexto sentido?'
Me respondió. 'Veo gente muerta… jajaja'
Sonreí por lo bajo y guardé mi teléfono ya que la profesora dejó de escribir y nos miró a todos. Comenzó a hablar.
—Bueno alumnos, vamos a hablar sobre el habeas corpus —dijo y caminó un poco moviendo sus manos —¿Alguien puede decirme algo sobre eso?
—El habeas corpus es una institución jurídica que garantiza la libertad personal del individuo,
con el fin de evitar los arrestos y detenciones arbitrarias. Se basa en la obligación de presentar
ante el juez, a todo detenido en el plazo de 72 horas, el cual podría ordenar la libertad inmediata
del detenido si no encontrara motivo suficiente de arresto —habló con total fluidez _____.
—Excelente señorita Brooks, se nota que ha estado leyendo —la felicitó la profesora.
—Vaya podría ser tu abogada la próxima vez que te metas en algún problema —aseguró el afro
[Richard]. La clase continuó hasta que el bendito timbre sonó. Me puse de pie, necesitaba salir de
allí para fumar un cigarrillo. ______ me había apagado el que me estaba por terminar, y sentí
como que un pedazo de mí faltaba.
Salí del salón, con Richard y Zac detrás de mí. Toqué los bolsillos de mis pantalones, y me
olvidé la maldita caja.
—¡Demonios! —dije deteniendo mi paso.
—¿Qué sucede? —me preguntó Zac.
—Olvidé los cigarrillos, ya vuelvo —les dije y regresé mis pasos hacia el salón.
Me detuve al escuchar unas voces.
—¡Eres una cualquiera! —escuché la chillona voz de Amanda.—El muerto se asusta del degollado
—dijo irónica ______ —¡Me tienes harta Amanda! ¡Ya te dije millones de veces que entre Bieber
y yo no hay nada!
—¡Pues no te creo! —gritó ella.
—¡Pues ese es tu problema, déjame en paz! —le exigió. Entré al salón haciendo que ambas me
miraran. ______ soltó un suspiro —Bieber ven aquí.
—¿Yo? —dije haciéndome el tonto.
—¿Acaso hay otro aquí? —preguntó con sarcasmo. Sonreí y me acerque hasta ellas. ______ miró
a Amanda —¿Puedes decirle por dios que entre nosotros no pasa nada?
Miré a ______ y luego miré a Amanda que esperaba una respuesta de mi parte.
—Vamos Bieber, dile —me insistió _____.
—Espera un segundo Amanda —le dije a la rubia y tomé el brazo de ______ para jalarla hacia mí y chocar su boca contra la mía.



respecto al comentario
no no la estoy sacando de univision 
aunque las novelas 
de ahi son geniales devo admitir
si estoy copiando la novela 
pero no de univision 
yo la adapto


en este blog subire
mis novelas favoritas de justin tratare de terminar 
pronto con esta

jueves, 15 de septiembre de 2011

my sweet obsession 25

—Gracias —musitó. La miré fijo y no pude detenerme.
Levanté mi mano y acomodé un mechón de su cabello detrás de su oreja, para luego bajar mi mano
por su mejilla y acariciarla levemente. Posé mi mirada en sus labios, y volví a sus ojos.
—No es nada cariño, se hacer mi trabajo —le dije.
Trató de no sonreír, pero le fue imposible.
—Eres un tonto, adiós —dijo y comenzó a caminar.
—¡Oye! —la llamé. Se giró a verme.
—¿Si? —preguntó.
—Mi nana me pidió que te dijera que le agradas. Y eso no es fácil de conseguir, no le agradan
mucho las mujeres. Menos las chicas que tratan de corromperme…
—Yo no quiero corromperte —dijo rápidamente.
—Exacto —hablé y sonreí de costado —Mi nana, sabe que soy yo quien trata de corromperte.
Vi como sus mejillas tomaban un poco de color, y las ganas de besarla fueron casi ilógicas en mí.
Negó con la cabeza y siguió caminando. ¿Por qué demonios es tan linda?
Sacudí mi cabeza y me metí al edificio, subí a mi casa y entré. Rose estaba terminando de lavar
todo. Me miró y sonrió.
—Es encantadora —me dijo.
—¿Te agrada enserio?
—Claro que si, me recuerda a tu…
Dejó de hablar y bajó la mirada.
—¿A quien? —le pregunté.
—A una vieja amiga que tengo, es así como ella. De carácter fuerte, convicciones inamovibles y
sobre todo una extraña pero dulce forma de llegar a las personas.
—Para mí es como todas las demás —le mentí descaradamente.
—Si seguro —dijo con ironía —Te conozco tanto, pequeño.
—¿Qué quieres decir? —le pregunté.
Ella sonrió divertida y dejó de lavar, para mirarme a los ojos.
—Tú, te estas enamorando de _____.


Me desperté más temprano de lo que en verdad estoy acostumbrado. Me pegué una refrescante ducha y comí un pas tostado con mantequilla antes de salir de mi departamento, a un agotador lunes en la Universidad.
El domingo se me había pasado rápido hablando con mi nana y recordando cosas de cuando era niño. La hice desistir de la absurda idea de que yo me estaba enamorando de ______.
Ese concepto no está incluido en el diccionario de mi vida.
—Uno nunca sabe cuando el amor le llega, pequeño —me dijo Rose —Pero de que llega, llega. Sin avisar y sin permiso, y hay veces en las que se va de la misma manera de la que vino…
Sacudí mi cabeza y me subí a mi moto para prender marcha a las tareas del día. Llegué y me encontré conZac y Rich.
—¿Qué tal Bieber? —me preguntó Wilson.
—Bien, ¿Tú? —le dije.
—Excelente —contestó. Lo miré atentamente.
—¿Realizada la hazaña? —dije al ver su rostro de autosuficiencia.
—Realizada —contestó. Chocamos nuestras manos. Zachary anotaba otra más a su lista de mujeres. Una lista larga y morbosa. Yo nunca hice una lista, y tampoco pienso hacerla.
—¿Y tú, Heaty? —le hablé a mi otro amigo.
Él estaba serio y parecía molesto. Miré a Zachary y me hizo un gesto con los hombros.
—No sé que le pasa, así está desde que llegué —dijo Zac.
Ambos nos giramos a verlo.
—¿Qué pasa hermano? —le pregunté algo preocupado, nunca lo había visto tan serio.
Él terminó de fumar su cigarrillo y lo tiró hacia un costado.
—No pasa nada —contestó secamente. Otra vez con Zac nos miramos extrañados.
Pero mi atención fue llamada por un auto que acaba de entrar al estacionamiento. Era nuevo, pues nunca lo habíamos visto antes.
—Un Audi S4 Cabriolet, ¿de quien es esa belleza? —habló Zachary sin dejar de mirar el auto.
Hasta que una pequeña figura se bajó de allí.
—______ —dije sonriente.
—Mira como se le iluminó la cara —habló Richard. Me giré a verlo.
—¿Estás vivo? —dije y palmeé su hombro —Pensé que no.
Volví mi vista a Anne. Ella cerró la puerta de su auto y con una sonrisa de oreja a oreja se acercó a nosotros.
—Hola muchachos —nos dijo.
—¿Cómo estás _____? —le preguntó Richard. Ella lo miró bien.
—Creo que mejor que tú —dijo ella.
—Si, no sabemos que le pasa —dijo Zac.
—No me pasa nada —soltó exasperado —¿Acaso nunca tuvieron un mal día?
—¿Estrenando auto? —le pregunté y logré al fin obtener una mirada fija de su parte. Sonrió mostrándome todos sus dientes.
—Si —dijo contenta —Al fin me trajeron mi auto. Ya no voy a depender de chóferes celosos y de chóferes aprovechadores…
—¿Eso último fue una indirecta para mi? —le dije. Zachary rió.
—Más que indirecta, diría directa amigo —me dijo y palmeó mi espalda.
—Exacto —agregó _______ y nos miró consecutivamente a los tres —¿Han desayunado?
Los tres negamos con la cabeza algo confundidos.
—Comí media un pan tostado —le dije.
—Yo no tuve tiempo —dijo Rich.
—Y yo ganas —le dijo Zac.
—Son de terror —se acercó a nosotros y sin decir nada nos quitó el cigarrillo a Zac y a mí, y le quitó a Richard el que estaba por prender.
—¿Qué haces? —le preguntó Rich.
—No pueden fumar sin desayunar —nos dijo y arrojó los cigarrillos a los lejos.
—Ese estaba entero —lloriqueó Rich.
—Lo lamento, pero yo no puedo permitir que consuman sus vidas con estas porquerías —dijo ella algo nerviosa. Zachary la miró con ternura.
—Siempre quise tener a alguien que me dijera eso —le dijo y se acercó a abrazarla.
Rich se unió a su tonto abrazó. Sentí una pequeña punzada en el estomago, y los miré asesinamente.
—Ya, ya, suéltenla —les dije. Ambos se alejaron —No me la atosiguen.
—¡Ja! —dijo ella divertida —Mira quien habla…
—Eso mismo, Justin. Mira quien habla —agregó Zac.
—Bueno, no voy a dejar que vuelvan a fumar sin haber desayunado antes, ¿entendieron? Eso les hace más daño del que ya se hacen al fumar —nos dijo. Los tres asentimos como niños pequeños —Ahora caminen que vamos a llegar tarde.
Volvimos a asentir, y comenzamos a caminar. Escuchamos como un montón de libros caían al suelo. Los cuatro nos giramos a ver.
—¡Demonios! —dijo aquella chica y se agachó a recogerlos. _______ la miró y luego nos miró a nosotros.
—¿Quién es ella? —preguntó. Zac y yo nos encogimos de hombros.
—Se llama Emma Roberts, estudiante de abogacía. Está un año más adelante que nosotros porque es una Einstein en potencia. Una ñoña —dijo Richard.
Zac lo miró confundido. ¿Cómo sabía esas cosas? Es más, yo jamás la había visto.
—Voy a ayudarla —dijo ______ y se acercó a ella.
La chica castaña de ojos verdes, levantó su mirada, que estaba detrás de unos anteojos, para mirar a ______. Ella le sonrió y comenzó a juntar los libros mientras le hablaba.
Con los chicos comenzamos a caminar hacia el salón.
—¿Cómo sabes todo eso de ella? —le pregunté a Richard.
—Lo se y punto —dijo el.
Otra vez su cara se había tornado seria. Entramos al salón y aun la profesora de derecho no había llegado.
_______ entró corriendo y se paró en secó al ver que había llegado a tiempo. La miré y le hice un gesto para que se sentara a mi lado. Negó con la cabeza, le hice un gesto de ¿Por qué?
Con el rostro me señaló a Amanda. Giré mi cabeza para mirarla y la rubia me miraba fijo, con los ojos llenos de rabia. Un escalofrió recorrió mi espalda. Eso si que da miedo…
Volví mi mirada a ______, y ella ya estaba sentada al lado de Zachary. Tomé mi celular y comencé a escribir rápidamente. Envié el mensaje, miré hasta que mi amigo tomó su celular. Sentí como alguien se sentaba a mi lado, lo miré y era Richard.
—¿Qué sucede? —me preguntó.
—Estoy viendo si Zachary, lee el mensaje que le mandé —dije sin dejar de mirar al frente.
Mi celular comenzó a vibrar.
‘Tranquilo Bieber, tengo códigos. Se que es tuya, además de que se nota que estas loquito por ella…’
Gruñí y volví a escribir.
‘No seas imbécil, y solo no te pases de listo porque ya veraz…’





ahi sta la nove 
3 comentarios 
y publico

jueves, 8 de septiembre de 2011

my sweet obsession 24

Ella bajó su mirada nerviosa, intentando evitar mi mirada.
—¿Quién es la señora que esta en la cocina? —me preguntó.
Arqueé una de mis cejas ante su repentino cambio de tema. Ella ya no quería seguir hablando de eso. Sonreí levemente.
—Rose, mi nana. Viene, los fines de semana, para cocinarme y dejarme la comida preparada. Soy un desastre cocinando.
—¿Así que tienes una nana? Que tierno de ti Bieber —me dijo.
—Lo ves, no todo es pecado en mí, cariño.
Rió por lo bajo y salimos de la habitación, para ir a la cocina. Rose nos miró y sonrió levemente.
—Nana, ella es _____ —se la presenté.
—Es un gusto señora —le habló Anne amable.
—El gusto es mío, niña —dijo mi nana.
—¿Puedo pasar al baño? —me preguntó _____.
—Si, si —le dije —Aquella puerta de allí.
—Ya vuelvo —se disculpó y fue hasta el baño. Me senté frente a Rose, y ella me miró bien.
—¿Qué pasa? —le pregunté.
—Nunca habías traído a una chica aquí —dijo con tono pícaro.
—Va a la Universidad conmigo. Ayer tuvimos un pequeño percance y no podía dejarla sola en su casa.
—Es muy linda, me agrada —dijo y volvió a cocinar.
—Que extraño, nunca te agradan… por eso no las traigo.
—No parece ser una tonta con pelo teñido —dijo exasperada. Yo reí —Ella tiene un aura especial.
______ llegó a la cocina y nos miró.
—¿Quieres comer algo, niña? —le preguntó a ______.
—No señora, gracias… —dijo y al instante su estómago gruñó. La miré divertido.
—Tonterías, estás muriéndote de hambre —le dije, y miré a Rose.—Nana, dale la lasaña de
espinaca. Ella solo le hace el feo a lo que yo consumo.
Rose la miró.
—¿Eres vegetariana? —le preguntó algo sorprendida.
—Trato de serlo. Desde hace ya dos años que no como carne —dijo orgullosa de si misma.
Rose sonrió y sacó la lasaña del refrigerador.
—Es lo único que puedo hacer que Justin coma, sino no hay caso. No consume casi nada, no
proveniente de un pobre animal —le contó mi nana.
—Si —dijo ______ mientras se sentaba a mi lado —Es un carnívoro sin control.
—Lo se, lo se. Ya le he dicho que un día todos los pobres animales que le han dado de comer, van
a venir en busca de venganza…
—Y se la merecerá Rose, todo se paga en esta vida.
—Además de que algún día le agarrara un paro cardiaco de tener las venas todas tapadas de carne
y comida chatarra —agregó —Y a pesar de que come como una bestia, está perfectamente bien
corporalmente.
—Si lo se, yo tampoco entiendo porque —dijo ______ —Y es una injusticia de la vida.
Imagínese, yo llego a comer un poco más de lo que como normalmente, engordo como 5 kilos, y
parezco un globo.
—Eso es terrible, y nosotras las mujeres somos las que más lo sufrimos. Y él come, come y come,
y no engorda.
—Ya lo volveré menos carnívoro de alguna manera.
—¿Ya terminaron de defenestrarme? —les pregunté. Ambas rieron —Tengo hambre.
—Ya va a estar pequeño —dijo mi nana.
Se acercó al horno para sacar la lasaña. _____ me miró y yo también lo hice. Me sonrió
levemente y sentí aquel extraño impulso de besarla. Levantó su mano y acomodó mi cabello hacia
atrás. La sensación de estar así con ella se convirtió en algo totalmente extraño.
Era como si yo significara algo para ella. Quizás un amigo…
Nunca tuve amigas mujeres, pues considero que no existe la amistad entre el hombre y la mujer. Lo
único que hay entre el hombre y la mujer es deseo. Deseo, que arde en mí, cada vez que tengo cerca
a _______ Anne Brooks Riccie.
Rose puso un plato frente a ______, haciendo que ella mirara al frente. Sonrió al ver en el plato
la humeante lasaña.
—Mmm, esto se ve delicioso —dijo ella.
—No tanto como tú —le susurré para que Rose no me escuchara.
______ me miró asesinamente, yo solo reí por lo bajo, y Rose puso otra plato frente a mí.
Un jugoso trozo de carne, con el mejor puré del mundo.
Mmm, ¿Cómo sería una jugosa ______ desnuda con crema y una cereza encima? Eso sería interesante.
Muy interesante.
Rose se sentó a comer con nosotros, un poco de lasaña. Hablaba con _______ como si se conocieran
de toda la vida.
Yo solo las observaba y comentaba muy de vez en cuando sobre alguna de sus conversaciones, de lo
cual me ganaba una venenosa mirada de parte de ambas. Cuando _______ había terminado de comer, yo
ya iba por mi segundo plato terminado. Ella me miró algo sorprendida.
—De verdad eres una bestia comiendo —me dijo.
—Y tú de verdad pareces un pajarito comiendo —le dije.
______ se puso de pie y juntó sus cosas.
—Bueno, Rose estuvo delicioso, ya te pediré la receta —le dijo dulce.
—Cuando quieras, _____ —dijo ella sonriéndole.
—Bieber, ya me voy —me dijo.
—Bueno, entonces te llevo —dije cuando terminé de tomar agua.
—No, ya es suficiente. Ya no es necesario, no soy una niña —dijo quejándose.
—Bueno, esta bien cariño, esta vez acepto tus condiciones —le dije, y ella suspiró aliviada.
La miré divertido —Pero te acompaño hasta abajo.
—Y si no hay más remedio, ¿Qué puedo hacer? —dijo y Rose rió. Se acercó a ella —Hasta
luego Rose, fue un gusto conocerte. No entiendo porque teniéndote a ti, el muchachito es así.
—Yo tampoco cielo —dijo divertida mi nana.Revoleé los ojos y busqué las llaves mientras ______
caminaba hacia la puerta.
—Dile que me agrada —me susurró Rose antes de que yo fuera detrás de ella.
—Se lo digo —le dije y salí de allí con ______.
Nos subimos al ascensor y bajamos en planta baja. Caminamos hasta la puerta y ella se giró a verme.
—Bueno Bieber, gracias por todo. No recuerdo muy bien lo de anoche, pero... voy a creer en tus
palabras.
—Así tiene que ser —dije. Ella sonrió.
—Gracias —musitó. La miré fijo y no pude detenerme.

viernes, 2 de septiembre de 2011

my sweet obsession 23

Su boca se movía sensual sobre la mía, excitándome. Y cuando su lengua acarició con ansia la
mía, creí que iba a volverme completamente loco. Se alejó despacio, y abrí mis ojos para
mirarla. Sus ojos aun estaban cerrados, hasta que los abrió y sonrió. Se acercó de nuevo a mí y
acarició mi nariz con la suya, para luego volver a apoyar su cabeza contra mi hombro.
—¿Y eso por qué fue? —le pregunté agitado realmente me habia gustado ese beso.
—Por ser horriblemente irresistible —contestó.

Escuché una pequeña risa de su parte, y entonces caminé hasta mi habitación. Con cuidado la
acosté en la cama. Le quité los zapatos y la tapé con una pequeña manta. Salí de allí y luego
de ir al baño me fui a acostar en el sillón. Coloqué mis brazos detrás de mi cabeza, mirando
fijamente al techo. El dulce sabor de su boca aun no se había ido de la mía. La sensación
caliente aun ardía en mis labios. Sacudí mi cabeza, yo no podía estar pensando eso.
¿Soy yo quien la esta conquistando a ella o es ella quien me esta conquistando a mi?
No, no, no. Claro que no. ¿Conquistarme a mí? Eso es imposible.
Yo las conquisto, yo las uso y luego todo se termina. Así fue siempre, y así seguirá siendo. Esa
es mi vida, es mi rutina y no la cambiaria por nada del mundo. Pero debo admitir que es la mujer con
la que más relación social tuve en toda mi vida.
Ya, ya basta Justin. Deja de pensar, todo esta bien. Todo está saliendo acorde tus planes. Pronto
______ Anne Brooks Riccie caerá a tus pies, como el resto. Es solo cuestión de tiempo, de esperar.
No me cuesta nada esperar un poco más de tiempo que a las demás. Y creo que si vale la pena
esperar por una noche con aquella hermosa chica, que si sabe mover bien las piernas.

Comencé a despertar al sentir, como unas leves manos me movían. Abrí un ojo y la miré. Ella me sonrió levemente.
—Buenos días, nana —le dije con voz ronca.
—¿Se puede saber que haces durmiendo en el sillón? —me preguntó. Me senté y miré a mí alrededor.
—Mi cuarto está ocupado —contesté, y me puse de pie para ir al baño. Entré, me lavé la cara y los dientes. Salí y me acerqué a la mesada para sentarme frente a Rose —¿Qué hora es?
—Las doce en punto, Justin —me contestó y comenzó a sacar hoyas y comida para cocinar.
—¿Justin? —escuché su adormilada voz.
Mi nana y yo nos giramos para mirar hacia el pasillo, del cual provenía su voz. Su rostro era una mezcla de sueño, confusión y dolor de cabeza. Ella me miró y luego miró a mi nana. Me puse de pie y me acerqué a ella.
—Vamos al cuarto, cariño —le dije y volvimos de donde salió.
Me giré a verla, después de cerrar la puerta.
—¿Dónde estoy? —me preguntó mientras se sentaba despacio en la cama.
—En mi departamento —le contesté. Sus ojos se abrieron bien y se puso rápidamente de pie.
—¿Qué hiciste conmigo? —dijo nerviosa —¡Oh, dios! No me digas que tú y yo…
—No cariño —la interrumpí divertido —Tú y yo no hicimos nada de lo que estas pensando. Te hubiera encantado, ¿verdad?
—No, claro que no —dijo rápidamente —Además como iba a encantarme, si no recuerdo nada de lo que pasó.
—¿Nada? —pregunté. Ella clavó sus ojos en los míos.
—Bueno, recuerdo un poco —dijo y me miró con desconfianza —¿Qué estas insinuando?
—No, nada.
—Bieber… —dijo mi nombre con tono de advertencia.
—¿De verdad quieres saberlo? —le dije. Ella asintió —Bueno, pues para empezar tomaste mucho por lo que adjudico todos tus actos al alcohol. Ni los chicos ni yo te juzgamos de verdad.
—Oh, dios santo —dijo mientras se sentaba en la cama para escucharme con atención.
—Pusiste música en el bar, comenzaste a bailar muuuuy sexy, me gusta verte bailar por cierto. Coqueteaste con Hook…
—¿Hook? —preguntó.
—Un grandulon, así le dijiste, que va allí siempre —le dije —Me sedujiste.
—¿Qué hice que?
—Me sedujiste, me bailaste sensualmente… cerca, tocándome, provocándome.
—Yo…
—Luego te subiste a la barra, haciendo que todas las mujeres del lugar se subieran y bailaran sensualmente junto a ti. Pero debo decir, que aun así eras la más sexy. Luego un estúpido quiso propasarse, lo puse en su lugar. Te rescaté de la perdición, salimos de allí, nos fuimos a las vegas, nos casamos y ahora eres mi esposa. Me debes la noche de bodas cariño…
Ahora su rostro era una mezcla de vergüenza, preocupación y asombro. Hasta que clavó sus ojos en mí, los entrecerró y me miró con recelo.
—Eso último es mentira, ¿cierto? —me dijo muy segura de ello. Sonreí divertido.
—Pensé que así el saber que me besaste anoche aligeraría la noticia —le dije.
Sus ojos se abrieron como platos.
—Eso es mentira —aseguró.
—No, no es mentira. Lo hiciste, y bueno yo no pude negarme…
—Eres un aprovechado, estoy segura de que tú me besaste a mi, y ahora me estas diciendo que yo te besé a ti…
—¿Para que voy a mentirte? —pregunté —Si yo te hubiese besado te lo digo: Anne, anoche te besé. Pero no lo hice…
—Mmm, bueno si fue así entonces te pido perdón. Esa no era yo —dijo totalmente avergonzada.
—No, no me pidas perdón cariño. Por mí, puedes hacerlo las veces que tengas ganas.